"Para curar una enfermedad, debo cambiar la memoria celular de esa enfermedad, lo que se logra trascendiendo toda emoción, todo pensamiento y transformándose en testigo silencioso del proceso." Deepack Chopra.
Nuestro inconsciente guarda las memorias transgeneracionales de nuestros ancestros.
Actuamos bajo la influencia de nuestro inconsciente que guarda estas memorias que nos impiden ser nosotros mismos.
Muchas veces nos sorprendemos cuando reaccionamos de una determinada manera ante una situación que nos desborda, incluso podríamos decir que es otra persona la que ha utilizado nuestro cuerpo y palabras para expresar algo que no sentimos en realidad y que no nos corresponde.
Nuestro árbol guarda los secretos familiares. los conflictos y las emociones, en él están todas las respuestas a todos nuestros patrones inconscientes que nos condicionan y no nos dejan vivir en libertad.
La comprensión y sobre todo la toma de conciencia nos libera de todos los conflictos no resueltos que se vienen arrastrando y heredando de generación en generación. Tal como podemos observar en la propia Biblia "El pecado de los padres se heredarán hasta la tercera y cuarta generación“。Esta declaracion se cumple a la perfeccion tal como hemos venido observando en nuestras consultas.
Uno de los temas importantes en el transgeneracional es el síndrome del yaciente, término descubierto por el Dr. Salomon Sellam en el 2001 y que nos da luz a muchos de los comportamientos indeseados que podríamos tener.
Los padres juegan un papel fundamental en este proceso, pues son ellos los responsables de no proyectar sus frustraciones o dolor reprimido en sus hijos. A veces, con la mejor de las intenciones les piden que se comporten como adultos o le adjudican un proyecto de vida que no les corresponde y que les impide ser ellos mismos y de esta manera repiten historias familiares una y otra vez.
Es comun escuchar decir a los padres:
"Que deseo lo mejor para mis hijos" o
"Deseo que tenga mejor opotunidad que sus padres" y en realidad están pretendiendo realizar con los hijos aquello en los que se han visto frustrados.
Por lo que es de vital importancia conocer todos los sucesos y secretos de nuestro árbol genealógico para empezar a liberarnos de actitudes condicionantes y poder vivir con plenitud. Para ello necesitarás conocer las fechas de nacimiento, muertes, sucesos dramáticos, como muertes prematuras, abortos, secretos familiares, etc,..
Cuando sufrimos por alguna situación o nos sentimos ofendidos, en ese momento estamos percibiendo algo de manera equivocada, y nos negamos a ver la situación de una manera realista, tal como es.
Nuestra percepción se convierte en nuestra realidad, y si estás percibiendo algo negativamente te encontrarás atrapado en esa negatividad.
Es por eso que el conflicto interno le impide a la mente curarse a pesar del poder que posee.
Para disolver el dolor, la culpa y el resentimiento debemos practicar el PERDON. Cuando perdonas estás abriendo las puertas de todas las posibilidades, cambiando tu actitud, estás enviando una señal al “universo” que las otras personas lo notan y se traduce en experiencias favorables para ti.
Debes empezar por perdonarte a ti mismo porque si no lo haces aparte de perjudicar a terceras personas, te negarías el placer de experimentar todas las cosas buenas que tiene la vida.
Además de convertirte en mejor persona, empiezas a atraer situaciones de éxito, nuevas oportunidades se te presentarán y todo te resultará mucho más fácil pues irás fluyendo con cada paso que des, no verás obstáculos, sólo buenas oportunidad.
Te darás cuenta de que la única limitante es tu propia barrera, inseguridad y miedo.
En esta oportunidad la intención es invitarte a que mires dentro de ti y observa qué patrones de pensamientos sostienes, las emociones que surgen mente-cuerpo, atenderlas justo en el instante en que ocurren a través de la observación del INSTANTE PRESENTE.
El acto de observación del instante presente permite liberarte de estados de pensamientos adictivos nocivos para la salud, psico-emocional y físico, porque te estás prestando atención, estás siendo consciente del momento, estas siendo consciente de ti mismo, como resultado, el pensamiento y la emoción se disolverán, pasando a ser insignificante y se tiene la opción de experimentar una nueva realidad más creativa, ver soluciones y puntos de vistas que antes estaban nublados por la identificación que ocurre como acto inconsciente de acuerdo al momento que se esté experimentando,
El acto de observar te da la oportunidad de estar más presente en tu vida día a día, significa que ya no se tiene que acumular más dolor, el cual genera sufrimiento por no haber sido atendido en el momento en el que surgió, y estará allí y se mostrará hasta que se tenga un instante de consciencia de su existencia.
Al ser trascendido ya no se tendrá que pasar por ese pensamiento-emoción, situación, una y otra vez, ahora se comprende la emoción, habrán surgido otros sentimientos.
Es así que el acto de la observación por sí mismo te devuelve a un estado de equilibrio, donde el acto de reconocerte surge de la oxigenación del cuerpo y la disipación de los pensamientos dejando a la mente en una especie de vacío, calma y quietud recuperando la estabilidad emocional, porque las mitocondrias del cuerpo producirán serotonina -el neuro trasmisor de la felicidad- y es allí donde las células y el sistema inmunológico se alinean para dar luz al cuerpo y el equilibrio perfecto.
Ahora desde ese centro de equilibrio, desde ese instante presente, podrás crear nuevas ideas, nuevas experiencias y diferentes aventuras, a través de sueños y programaciones conscientes que le darán un tinte diferente a tu vida y por ende una salud radiante, porque estarás creando desde un nivel de conciencia más elevado.
COMO EVITAR LAS ENFERMEDADES, OLVIDAR EL PASADO Y DISOLVER LA CULPA?
Aqui te damos algunas pautas de plas formas de practicar el PERDON contigo mismo, con cualquier otra persona, o situaciones negativas que surjan en cualquier momento
PAUTAS DEL PERDÓN:
l Identifica tus emociones que siempre son varias. Toma consciencia de la acusación que te haces a ti mismo o que le haces a otro y de lo que ésta te hace sentir.
l Asume tu responsabilidad. Ser responsable es reconocer que siempre tienes la opción de reaccionar con amor o con miedo. ¿De qué tienes miedo? Date cuenta también de que tienes miedo de que te acusen de tener miedo.
l Acepta al otro y suéltate. Para lograr soltarte y aceptar al otro, ponte en su lugar y siente sus intenciones. Acepta la idea de que la otra persona se acusa y te acusa probablemente de la misma cosa que tú. La otra persona tiene el mismo miedo tambien.
l Perdónate. Esta es la etapa más importante del perdón. Para realizarla, date el derecho de haber tenido y de tener todavía miedo, creencias, debilidades y límites, que te hacen sufrir y actuar. Acéptate tal y como eres ahora, con aprecio y mucho amor.
l Ten el deseo de expresar el perdón. A modo de preparación para la etapa siguiente, imagínate con la persona adecuada en el acto de pedirle perdón por haberla juzgado, criticado o condenado. Estarás listo para hacerlo cuando la idea de compartir tu experiencia con dicha persona te suscite un sentimiento de alegría y de liberación.
l Ve a ver a la persona en cuestión. Exprésale lo que has vivido y pídele perdón por haberlo acusado o juzgado y por haber estado resentido . Pero hazlo desde el amor, no buscando culpabilidad. Menciónale que lo has perdonado sólo si te lo pregunta.
l Si sientes miedo, rencor, malos recuerdos por agresiones verbales, psicoemocionales, físicas, violaciones o agresiones sexuales sea que vengan de tu familia, el colegio, tu comunidad o cualquier otra persona, identifica esta necesidad para que puedas liberarte de esta emoción,
l Una vez que tengas plena seguridad de haber identificado esta emoción, busca el momento adecuado desde el amor sin buscar culpabilidad y entrevístate con la persona y exprésale tu sentimiento y perdónalo, llegaras al entendimiento que esa persona también lleva consigo sus propias emociones ocultas.
Para concluir, perdonar no es más que cambiar
nuestra percepción sobre lo que nos está
ocurriendo. De lo que siento y dejar de creer
que son los otros los responsables de mi
sufrimiento o agravio.
Es tomar conciencia de que soy el único responsable de mis sentimientos y que siempre puedo elegir cómo sentirme.