Limpiar el hígado de cálculos, desintoxicar y desinflamar no es tarea fácil.

Mejora extraordinariamente la digestión, la cual es la base de toda buena salud. Usted podrá esperar también se le desaparezcan sus alergias, malestares y jaquecas.

Los beneficios de esta limpieza se observa entre otros:

 En la hipertensión arterial.

 Elimina toxinas, piedras de higado y vesicula

 Regula el Colesterol Malo

 Control de losTrigliseridos elevados

 El hígado graso.

 Inflamación hepática.

 Mejora la energía.

 Mejora la Digestión, el estreñimiento y los gases.

 Regenera las células hepáticas dañadas.

Increíblemente, también desaparecerán paulatinamente los dolores de hombros, pecho, brazos, y parte superior de la espalda. Usted tendrá más energía y mayor sensación de bienestar y podrá descansar mejor con un sueño más profundo.

La limpieza de los conductos biliares del hígado y la vesícula misma, es el procedimiento más poderoso que usted pueda realizar para mejorar la salud de su cuerpo y con cierta periodicidad.

¿En cuánto tiempo se puede lograr una limpieza?

!Solo 2 de un dia para otro!

El tratamiento es de un día para otro, se debe repetir como mínimo 3 limpiezas con un intervalo de 15 días a 1 mes, procurando darle a nuestro organismo tiempo para acomodarse a los nuevos cambios y eliminar las toxinas, para cuyo efecto se debe beber mucho liquido principalmente infusión de plantas que recomendamos.

Como mantenimiento se debe realizar esta limpieza una vez por año.

¿Cuál es el procedimiento a seguir?

 El paquete que ofrecemos viene con un protocolo adjunto y es importante poner en práctica las indicaciones y las recomendaciones prescritas.

 Es la labor del hígado fabricar bilis, ¡de 1 a 1-½ litros [cuarto de galón] al día!

El hígado está lleno de conductos (tubos biliares) los cuales suministran bilis a un tubo ancho (el conducto biliar común). La vesícula está conectada al conducto biliar común y actúa como depósito de reservas.

El comer grasas o proteínas ocasiona que la vesícula se exprima a sí misma hasta vaciarse después de unos veinte minutos, y la bilis depositada termina su viaje por el conducto biliar común hacia el intestino para la digestión de los alimentos ingeridos.

Para muchas personas, incluyendo niños, los tubos biliares están congestionados por cálculos (grasa y colesterol). Algunas personas desarrollan alergias o hinchazones, pero otras no tienen síntomas.

Cuando se les hace placas de rayos-X o exámenes exploratorios de la vesícula atreves de una ecografía, algunas veces no se ve nada.

Es típico que los cálculos no estén en la vesícula. No solamente eso, sino que la mayoría de ellos son muy pequeños; y no se han calcificado, lo cual es requisito para ser visibles por los rayos-X o la ecografía. Hay más de una docena de variedades de cálculos biliares, la mayoría de los cuales contienen cristales de colesterol. Pueden ser negros, rojos, blancos, verdes o color crema. Los verdes toman su color por ser cubiertos de bilis. Note en la foto cuántos de ellos tienen incrustados objetos no identificados. ¿Serán restos de parásitos?.

Note cuantos son de la forma de corchos con ranuras longitudinales próximas a la parte superior.

Por medio de esas formas podemos visualizar los conductos biliares bloqueados. Otros cálculos son compuestos formados por muchos cálculos más pequeños dejando ver que se agruparon en los conductos biliares en algún momento después de la última limpieza del hígado. De acuerdo con los científicos, en el mismo centro de cada cálculo biliar se encuentra una agrupación de bacterias, lo que sugiere que algo de parásito muerto pudo haber comenzado la formación del cálculo biliar.

A medida que los cálculos crecen y se hacen más numerosos, la presión  en el hígado ocasiona que se fabrique menos bilis que afecta directamente en el metabolismo alimentario.

En un hígado congestionado  el nivel de colesterol y los triglicéridos aumenta y los cálculos biliares cuando se van formando son porosos y recogen bacterias, e incuban virus y parásitos que estén pasando a través del hígado.  

De esta manera "nidos" de infección son formados, los cuales continuamente están suministrando al cuerpo bacterias frescas y parásitos en sus diversas etapas. Ninguna infección generalizada principalmente estomacal, como úlceras o inflamación intestinal, puede ser curada permanentemente sin remover los cálculos biliares del hígado.